Relaciones del Trabajo - Recursos Humanos
En nuestro primer boletín abrimos el debate frente a la diferenciación entre Relaciones del Trabajo y Recursos Humanos. Afortunadamente nos hemos encontrado con una gran recepción por parte de muchos estudiantes, y a partir de ello es que en esta oportunidad decidimos continuar profundizando el tema…
Como ya hemos planteado oportunamente, no es una mera distinción de palabras, sino que en este debate buscamos trascender hacia los sentidos de las mismas, y así también evidenciar las implicancias y el sentido de nuestra profesión.
Como ya hemos planteado oportunamente, no es una mera distinción de palabras, sino que en este debate buscamos trascender hacia los sentidos de las mismas, y así también evidenciar las implicancias y el sentido de nuestra profesión.
Ahora bien… ¿cómo se valora esta diferenciación como estudiante de la carrera y cómo se aprecia en el ámbito laboral?
En el trayecto de nuestra carrera evidenciamos, e incluso en muchos casos también se destaca, que nuestra carrera no es recursos humanos. Por un lado, disentimos totalmente frente a la connotación de las palabras, pero más allá de ello, entendemos que la centralidad de nuestro estudio está en el Trabajo, y en todo lo que de ello derive. Pero ¿qué pasa cuando dentro del concepto de trabajo, sólo entran los trabajos formales, o se los asocia a los trabajos en empresas, y demás?, ¿sólo parte de nosotros (los estudiantes) dicho criterio o, por el contrario, nos es impartido a partir de la formación que recibimos?
Por otro lado, nos encontramos con la realidad laboral… donde la connotación ya no es lo principal, sino el aporte que uno pueda dar y las tareas que pueda desarrollar, ya que uno no va a rechazar un trabajo porque el puesto depende de “Recursos Humanos” y no de “Relaciones del Trabajo”, y es acá donde se ponen en juego nuestras implicancias. Pero para ello, antes deberíamos preguntarnos nuevamente… ¿para qué nos prepara la carrera? ¿Qué implicancias son impartidas? ¿Cuáles no? ¿Y a qué responde esta lógica?
Empecemos por descifrar estas incógnitas: ¿para qué nos prepara esta carrera? Según nuestro plan de estudios, el objetivo de nuestra carrera es: formar profesionales preparados para actuar en las diferentes “áreas” de Relaciones del Trabajo, las que surgen entre:
a) los trabajadores entre sí y las autoridades de la empresa,
b) Asociaciones Profesionales de Trabajadores y Empleadores,
c) La administración del Trabajo.
Ya leyendo las aéreas planteadas en el propio plan de estudios hablar de Recursos Humanos sería recortar la realidad; sería adoptar una visión simplista de lo que es nuestra carrera y de lo que somos nosotros como futuros relacionistas del trabajo. Sin embargo, entendemos que también es necesario cuestionar el alcance real de estos objetivos trazados en nuestro plan de estudios. Desde ContraHegemonía creemos que la supuesta vocación de la carrera para que aprendamos a aplicar nuestro conocimiento en una pluralidad de aéreas es nominal. Lo observamos en el día a día cuando nuestros docentes nos preguntan con total naturalidad quiénes trabajamos en “el área” (refiriéndose únicamente al área de Recursos Humanos); también en las propias pasantías ofertadas por la carrera, cuya mayoría están relacionadas con el área de recursos humanos y particularmente con empresas privadas. ¿Qué tal si desde la dirección de la carrera se impulsaran prácticas pre-profesionales con organizaciones que configuren formas alternativas de trabajo (movimientos sociales, cooperativas, fábricas recuperadas, etc.)?
En un contexto en el que el mundo del trabajo se encuentra tan heterogeneizado, en el que surgen cada vez con más fuerza y frecuencia nuevas formas y configuraciones laborales, nuevos movimientos de trabajadores y trabajadores desocupados, donde cada vez es más común hablar de fábricas recuperadas gestionadas por sus propios trabajadores, etc., sería ilógico restringir nuestra tarea a un único ámbito. No sólo porque estaríamos negando una realidad existente, sino porque implicaría no aprovechar de la mejor manera las herramientas que puede llegar a brindarnos nuestra carrera. Sabemos que existen grandes falencias en la carrera, como ya mencionamos anteriormente, y por eso mismo es más que importante que seamos nosotros quienes nos identifiquemos y le demos el o los significados correspondientes a las Relaciones del Trabajo, que las ampliemos y reivindiquemos como tales.
Nuestro desafío está en poder formarnos y transformarnos, en crear y recrear (nos), en ambas instancias, como estudiantes y como (futuros) profesionales. Es lograr que se reivindique nuestro verdadero lugar, el que la carrera se merece, para dejar de ser “Recursos Humanos, pero en la UBA”…
Por otro lado, nos encontramos con la realidad laboral… donde la connotación ya no es lo principal, sino el aporte que uno pueda dar y las tareas que pueda desarrollar, ya que uno no va a rechazar un trabajo porque el puesto depende de “Recursos Humanos” y no de “Relaciones del Trabajo”, y es acá donde se ponen en juego nuestras implicancias. Pero para ello, antes deberíamos preguntarnos nuevamente… ¿para qué nos prepara la carrera? ¿Qué implicancias son impartidas? ¿Cuáles no? ¿Y a qué responde esta lógica?
Empecemos por descifrar estas incógnitas: ¿para qué nos prepara esta carrera? Según nuestro plan de estudios, el objetivo de nuestra carrera es: formar profesionales preparados para actuar en las diferentes “áreas” de Relaciones del Trabajo, las que surgen entre:
a) los trabajadores entre sí y las autoridades de la empresa,
b) Asociaciones Profesionales de Trabajadores y Empleadores,
c) La administración del Trabajo.
Ya leyendo las aéreas planteadas en el propio plan de estudios hablar de Recursos Humanos sería recortar la realidad; sería adoptar una visión simplista de lo que es nuestra carrera y de lo que somos nosotros como futuros relacionistas del trabajo. Sin embargo, entendemos que también es necesario cuestionar el alcance real de estos objetivos trazados en nuestro plan de estudios. Desde ContraHegemonía creemos que la supuesta vocación de la carrera para que aprendamos a aplicar nuestro conocimiento en una pluralidad de aéreas es nominal. Lo observamos en el día a día cuando nuestros docentes nos preguntan con total naturalidad quiénes trabajamos en “el área” (refiriéndose únicamente al área de Recursos Humanos); también en las propias pasantías ofertadas por la carrera, cuya mayoría están relacionadas con el área de recursos humanos y particularmente con empresas privadas. ¿Qué tal si desde la dirección de la carrera se impulsaran prácticas pre-profesionales con organizaciones que configuren formas alternativas de trabajo (movimientos sociales, cooperativas, fábricas recuperadas, etc.)?
En un contexto en el que el mundo del trabajo se encuentra tan heterogeneizado, en el que surgen cada vez con más fuerza y frecuencia nuevas formas y configuraciones laborales, nuevos movimientos de trabajadores y trabajadores desocupados, donde cada vez es más común hablar de fábricas recuperadas gestionadas por sus propios trabajadores, etc., sería ilógico restringir nuestra tarea a un único ámbito. No sólo porque estaríamos negando una realidad existente, sino porque implicaría no aprovechar de la mejor manera las herramientas que puede llegar a brindarnos nuestra carrera. Sabemos que existen grandes falencias en la carrera, como ya mencionamos anteriormente, y por eso mismo es más que importante que seamos nosotros quienes nos identifiquemos y le demos el o los significados correspondientes a las Relaciones del Trabajo, que las ampliemos y reivindiquemos como tales.
Nuestro desafío está en poder formarnos y transformarnos, en crear y recrear (nos), en ambas instancias, como estudiantes y como (futuros) profesionales. Es lograr que se reivindique nuestro verdadero lugar, el que la carrera se merece, para dejar de ser “Recursos Humanos, pero en la UBA”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario